Una vida sin Dios,
es como una rama seca,
arrastrada por el viento
sin destino
que no da fruto.
Es un árbol que no da sombra.
Es una luz apagada
que no se puede encender.
Una vida sin Dios,
camina en la oscuridad del tiempo
buscando que llegue la muerte
para olvidar su dolor.
Pero cuando Dios toca la vida del hombre,
la brújula de la Palabra
lo conduce al norte de la verdad.
Y como un diamante en bruto
las Sagradas Escrituras lo van puliendo
día a día con precisión
para lograr su Salvación.
Comentario del poema:
Leyendo este versículo bíblico, me inspiré en este poema. Como dice la Palabra de Dios (Juan 15:5), separados de Él nada podemos hacer.